martes, 25 de septiembre de 2012

La Increible Busqueda de Christine Collins!!!!

Hace aproximadamente 80 años aconteció la historia real de una madre que buscó desesperadamente a su hijo y que le valió una batalla contra la policía corrupta de Los Ángeles. Un periodista encontró su historia y los guionistas de Hollywood la han convertido en una película denominada “El Sustituto” la cual recomiendo a los que no la han visto que lo hagan. Yo llegue a ella gracias a la recomendación de una amiga. 
Pero esta atrapante historia, fue la casi olvidada lucha de una mujer de clase trabajadora para encontrar a su hijo desaparecido lo que, casi 80 años después, haría posible la unión de algunos de los cineastas mejor considerados de Hollywood para contar su historia. Nadie recordaba la increíble batalla librada por Christine Collins hasta que un experiodista la descubrió por casualidad.

Clint Eastwood realizó esta película con una mujer como protagonista y con un tema escabroso. La historia real de Christine Collins (1891-1964) y su personal cruzada por recuperar a su hijo, que conmocionó a la ciudad de Los Ángeles en su época. Los enormes sótanos del Ayuntamiento de Los Ángeles albergan casi cien años de historia en sus archivos, entre los que se encuentran decenas de miles de páginas con los informes sobre Christine Collins y las sesiones del Consejo Municipal de Bienestar Social a finales de los años veinte del siglo pasado. Cuentan la historia de la desaparición de Walter, su hijo de 9 años, y las enrevesadas maquinaciones del Departamento de Policía de Los Ángeles durante y después de la más que deficiente investigación. El guionista J. Michael Straczynski, había trabajado para Los Angeles Times, The Herald Examiner y Time, entre otras publicaciones, y hace unos años descubrió la asombrosa historia de la mujer que detuvo la maquinaria política de la ciudad.
Christine Collins

«Una fuente que tenía en el Ayuntamiento me llamó para decirme que estaban quemando archivos viejos y que debería echar un vistazo a uno antes de que acabara en la incineradora. Me fui allí corriendo y leí la trascripción de la vista oral que celebró el Consejo Municipal de Bienestar Social para el caso de Christine Collins. Empecé a leer el testimonio y lo primero que pensé fue: ‘Esto no puede haber pasado, debe haber un error’, y me quedé enganchado». Lo que al principio era una historia interesante no tardó en convertirse en un relato absorbente para J. Michael Straczynski a medida que iba descubriendo más detalles. Dedicó un año a seguir el complicado itinerario que recorrió Christine Collins durante siete años para descubrir qué le había pasado a su hijo. Pero lo que descubrió en los polvorientos archivos era mucho más grave que la farsa ideada por el joven Arthur Hutchens. Había una historia paralela, la del terrible y violento poder que ejercían las autoridades de Los Ángeles en la época.
J. Michael Straczynski dice: «Todo se basa en el deseo de Christine Collins por descubrir lo que pasó, en que nunca se rindió, pasase lo que pasase. Nunca abandonó su búsqueda. Su tenacidad le dio fuerzas para soportar cosas que habrían roto a cualquiera, pero ella nunca dejó de luchar. Quería rendirle un homenaje». Para hacer más veraz la historia, el guionista incluyó frases sacadas del testimonio de Christine y de otras personas.
El material básico para realizar el guión está sacado de los recortes de prensa de la época que cubrieron el caso:
Larry Harnisch publica en su blog otras informaciones interesantes, como la correspondencia de Christine Collins con autoridades de la cárcel en donde su esposo murió, hecho acaecido varios años después de la muerte de su hijo. Además, el investigador publica los artículos de prensa relacionados con el caso, desde el momento de la denuncia de Christine Collins hasta el día de la ejecución de Gordon Northcott.
Los crímenes de Wineville (fueron conocidos como asesinatos del gallinero de Wineville) son una serie de secuestros y asesinatos de niños que tuvieron lugar en Los Ángeles de 1928 a 1930. El caso expuso al gran público la corrupción en el Departamento de Policía de Los Ángeles y recibió atención nacional. En el año 1928, Los Ángeles estaba en manos de una infraestructura política despótica a cuya cabeza se encontraba el alcalde George E. Cryer, respaldado por el jefe de policía James E. “Dos pistolas” Davis (a menudo fotografiado adoptando una postura de matón con sus dos pistolas) y su grupo de policías pistoleros que aterrorizaban la ciudad. Frase del jefe de policía Davis que repite su personaje en el film: «Juzgaremos a los pistoleros en las calles de Los Ángeles. No me los traigan vivos, los quiero muertos. Cualquier agente que muestre la menor compasión merecerá una reprimenda». Es posible que la presión ejercida por el jefe de policía explique por qué intentaron resolver el caso Walter Collins cuanto antes, sin tener en cuenta que el chico que habían entregado a la madre no era el desaparecido.Pero el reinado del alcalde y del jefe empezó a hacer aguas cuando Christine Collins, denunció la desaparición del niño. Después de meses de búsqueda, la policía solo había obtenido una creciente publicidad negativa.
 


El Primero es James Edgar "Dos armas Davis" y el segundo Capitán J. J. Jones

Cuando se encontró a un chico en DeKalb, Illinois, que decía ser Walter, Christine y todos los que participaban en la búsqueda contuvieron la respiración. Después de ver las fotos, las autoridades estaban convencidas de que el caso estaba resuelto. Christine reunió el dinero necesario para traer al niño y la policía de Los Ángeles organizó un auténtico montaje mediático para el reencuentro entre el niño y la desesperada madre. Estaban convencidos de que distraería la atención del público y alejaría la presión a la que empezaban a estar sometidos por su incapacidad para resolver este caso (y la mayoría de casos) y que además haría olvidar los numerosos escándalos de corrupción. Pero el problema fue que el niño en cuestión no era Walter.
 
El primero es Arthur Hutchens, el niño que se hizo pasar por el hijo de Christine Collins y el segundo es Walter Collins, el niño desaparecido

A pesar de que Christine Collins declaró inmediatamente y en repetidas ocasiones que el niño no era su hijo, el agente encargado del caso, el capitán J.J. Jones, según lo que ella contó en la vista ante el Consejo Municipal, le dijo que “probara el niño un par semanas”. Confundida y desorientada, aceptó. Y el caso se cerró.
A las tres semanas, Christine Collins volvió con el niño diciendo que no era Walter por mucho que dijera la policía. El capitán Jones no estaba acostumbrado a que cuestionaran sus decisiones, y menos una mujer. Con la aprobación tácita de Davis, el jefe de policía, sometió a Christine a una campaña difamatoria y la hizo ingresar en el ala de psiquiátrica del hospital del condado para no reconocer su equivocación. Allí estuvo encerrada bajo un «Código 12» reservado para personas difíciles, normalmente mujeres, a las que se ingresaba en el ala psiquiátrica sin orden judicial.
El niño que dijo ser Walter acabó reconociendo que tenía 12 años y que se llamaba Arthur Hutchens (también usaba el alias de Billy Fields), un chico del Oeste Medio que se había escapado de su casa y que quería llegar a Hollywood para conocer a Tom Mix, su actor favorito.
Un hombre llamado Gustav A. Briegleb, Reformador social. Ministro presbiteriano y evangelista pionero de la radio. Tomó muchas causas importantes de la ciudad de Los Ángeles en los años 1920 y 1930, sobre todo el mal manejo del caso de secuestro de Walter Collins en 1928. Él luchó y ayudo a Christine Collins, liberado de un hospital psiquiátrico después de que se haya cometido allí como represalia por no estar de acuerdo con la versión de la policía de Los Ángeles de los acontecimientos. Como una auténtica espina clavada en el costado del sistema, el activista alentaba a la gente a luchar contra la corrupción desde su programa de radio y sus sermones. Trabajó con Christine y su abogado para que el caso de Walter no se enterrara y para desvelar el tratamiento inhumano al que había sido sometida en el ala psiquiátrica.
El Pastor Gustav A. Briegleb

El legendario letrado S.S. Hahn, se encargó del caso Collins y preparó el camino para la prohibición de los encarcelamientos realizados bajo el famoso «Código 12». Consiguieron que varios líderes políticos dimitieran y desenmascararon la corrupción que había invadido el departamento de policía.
El destino del verdadero Walter nunca se supo. Aunque se le cuenta entre las víctimas de los ‘Crímenes de Wineville, el acusado nunca aceptó haberlo matado y sus restos no estaban en la granja donde fueron hallados los despojos de las víctimas.

Su madre nunca dejó de buscarlo.

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