lunes, 27 de agosto de 2012

Biografía de un Gran Luchador "William Wilberforce"




























William Wilberforce nació el 24 de agosto de 1759 en Hull, condado de Yorkshire. Hijo de un rico mercader, huérfano a los 17 años, se traslado con sus tíos en Londres. Por su tía Hannah conoció el metodismo, denominación protestante fundada por John Wesley en el seno de la Iglesia anglicana. 
En 1776, el joven Wilberforce, estudiando en el St John´s College de Cambridge, entabló una profunda amistad con William Pitt, que habría de ser Primer Ministro de Gran Bretaña durante 20 años. Pitt nunca fue un hombre especialmente moral: Wilberforce sería su conciencia en muchas ocasiones, como reconoció el propio Pitt. 

Parlamentario a los 21 años.

Poco interesado en los negocios familiares, Wilberforce decidió dedicarse a la política desde muy joven. Con tan solo 21 años, en septiembre de 1780, fue elegido miembro del parlamento por Hull como independiente entre los Tories. Tres años después su amigo Pitt se convirtió en Primer Ministro. Wilberforce veía en la política un instrumento reformar la sociedad a partir de los valores éticos y morales del evangelio. Wilberforce no era tanto un político que en su vida privada era cristiano, como un cristiano que quiso valerse de la acción política para servir a la sociedad. Así podía escribir:“Dios Todopoderoso ha puesto delante de mí dos grandes objetivos: la supresión del tráfico de esclavos y la reforma de las costumbres”. 
Nunca escondió su condición de hombre de fe. Al contrario, hizo de la fe su fuente de acción política.

Contra el esclavismo
En una de las últimas cartas de su vida, el fundador del Metodismo,  Wesley, de 87 años de edad, escribió a un joven miembro del parlamento de Inglaterra: “A menos que Dios te haya llamado sólo para esto, te desgastarás debido a la oposición de hombres y demonios. Pero, si Dios es por ti, ¿quién contra ti?”. Wesley se refería a la esperanza que tenía William Wilberforce de abolir la esclavitud en el Imperio Británico. Al momento de recibir la carta Wilberforce había estado luchando por su causa en el parlamento durante casi cuatro años. Le tomaría dieciséis años más lograr que se prohibiera la trata de esclavos y el resto de su vida antes de que se aboliera la esclavitud



Su Lucha

Su campaña abolicionista no fue tarea fácil. La esclavitud no acababa de ser vista por la sociedad británica como algo intrínsicamente malo. Tampoco ayudaba nada la posibilidad de un conflicto armado con la Francia revolucionaria. Los británicos estaban más preocupados por la suerte de su patria tras lo ocurrido en el país vecino, que en la suerte de los esclavos.
Pese a todo, Wilberforce y sus compañeros abolicionistas –Charles Fox en la Cámara de los Comunes y Lord Genville en la Cámara de los Lores- no cejaron en el empeño, ni se echaron atrás ante las constantes derrotas en votaciones parlamentarias.
Wilberforce comenzó a ejercer presión para la liberación de todos los esclavos en 1821 y en 1823, junto con otras personas, formó la Sociedad contra la Esclavitud (Anti-Slavery Society). En ese momento escribió Llamado a la Religión, la Justicia y la Humanidad de los Habitantes del Imperio Británico en Defensa de los Esclavos Negros de las Indias Occidentales, que habla sobre la creencia de que las personas de color eran “degradadas” debido a su raza. Afirmó que los hombres de Sierra Leona (una comunidad negra autónoma) y Haití (el primer país gobernado por personas de color) habían demostrado ser, en palabras del biógrafo Pollock, “hombres verdaderos y no bestias como los consideraban algunos hacendados”. 
En marzo de 1823 se presentó ante el parlamento con una petición para abolir la esclavitud. Su deteriorada salud evitó que participara en todos los debates parlamentarios que subsiguieron, pero otros continuaron con su causa. En junio de 1824 Wilberforce dio un breve discurso pidiendo a la Cámara que no dependiera de los gobiernos de las colonias para terminar con la esclavitud. El debate continuó durante los cinco años siguientes y el movimiento en contra de la esclavitud obtuvo cada vez más apoyo del parlamento a lo largo del proceso. 
Para febrero de 1825, después de muchas peticiones de su médico, Wilberforce se retiró del gobierno, aunque continúo apoyando el movimiento tanto como pudo. En 1831 envió un mensaje a la Sociedad contra la Esclavitud: “Nuestro lema debe seguir siendo la perseverancia. Y finalmente confío en que el Todopoderoso coronará de éxito nuestros esfuerzos”. 
El 26 de julio de 1833 la ley de abolición de la esclavitud se debatió por tercera ocasión en la Cámara de los Comunes. Fue una jornada gloriosa para Wilberforce quien, tan solo tres días más tarde, entregaría su alma al Señor.Fue enterrado en la Abadía de Westminster a petición de ambas Cámaras y del Parlamento. La esclavitud se abolió en todo el Imperio Británico al siguiente año.



Su Legado
Wilberforce es un referente para el político cristiano de nuestro tiempo. Es el ejemplo de cómo merece la pena dedicar toda una vida a defender la dignidad de todos los hombres, aunque para ello haya que enfrentarse a una sociedad y una clase política poco digna de llamarse civilizada.
Hoy Wilberforce estaría defendiendo la abolición del aborto en el parlamento británico como defendió la abolición de la esclavitud. Si la esclavitud atentaba contra la dignidad humana, el aborto es su negación absoluta. También le veríamos oponerse a toda legislación contraria a la ley natural, a la familia tradicional como célula primordial de la sociedad.
Hay escasez de hombres y mujeres como él,  en la política. Quizá la película “Amazing Grace” anime a algún político y a muchos ciudadanos a recoger e imitar estas convicciones y estos valores que hoy parece tan pacato. Es interesante como a pesar de sus grandes adversidades nunca se dio por vencido y siguió luchando hasta un momento antes de su lecho de muerte. Realmente son personas para recordar y recoger el legado que han dejado.

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